Echa un vistazo a cómo los recubrimientos en polvo antimicrobianos pueden prevenir la propagación de bacterias en superficies de alto contacto. Descubre cómo funcionan, sus aplicaciones principales y dónde encontrarlos.
Con la temporada de gripe a la vuelta de la esquina y las bacterias volviéndose cada vez más resistentes a los medicamentos, ¿no sería ideal poder detener las enfermedades causadas por bacterias antes de que tengan la oportunidad de infectarnos? Eso es exactamente en lo que varios fabricantes de recubrimientos en polvo están trabajando. Algunos ya ofrecen formulaciones en polvo que pueden lograr más del 99.5% de efectividad, dependiendo del tipo de bacteria que se quiera combatir.
Un tipo relativamente nuevo de recubrimiento en polvo, llamado recubrimiento en polvo antimicrobiano, ha sido formulado para ayudar a prevenir la propagación de bacterias que causan enfermedades. Estos polvos están diseñados específicamente para atacar ciertas bacterias, como la salmonela, lo cual es especialmente útil en áreas de preparación de alimentos.
Muchos recubrimientos antimicrobianos utilizan metales, como la plata, que han demostrado prevenir la propagación de microorganismos o eliminarlos por completo cuando entran en contacto con los iones metálicos. Lo logran al interrumpir el proceso de respiración celular de las bacterias y, en algunos casos, al inhibir la división celular.
Cuando se expone a la humedad, los iones metálicos se activan y comienzan a interrumpir la respiración celular de las bacterias.
Actualmente, se ha demostrado que estos recubrimientos son más efectivos en materiales como aluminio, plásticos, acero y acero inoxidable. Los recubrimientos antimicrobianos se utilizan comúnmente en:
Manijas de puertas
Interruptores de luz
Asas y agarraderas
Equipos de parques infantiles
Equipos de gimnasio
Equipos de laboratorio
Mobiliario hospitalario
En esencia, en cualquier superficie que sea tocada con frecuencia por las personas.
Algunos fabricantes que ofrecen polvos antimicrobianos incluyen: